La mejor ayuda psicológica para los futbolistas

La técnica y la táctica son los dos grandes pilares del fútbol desde sus inicios. Obviamente, el deporte ha evolucionado y el estado físico también se ha convertido en un aspecto básico para optimizar el rendimiento de los jugadores. Todo se controla hasta el más mínimo detalle con todo lujo de detalles, ya sea con tecnología que permite monitorizar el comportamiento del cuerpo humano en tiempo real o con estadísticas que miden la distancia recorrida y que ayuda a regular la carga física de entrenamientos y partidos. Ya pasó aquella época en que se fumaba tabaco en el túnel de vestuarios… Pero lo que se está convirtiendo en un boom en el siglo XXI, no solo en el fútbol sino en todos los deportes, es la ayuda psicológica a los jugadores con el objetivo de obtener mejores resultados.

¿Cómo mejora un psicólogo el rendimiento deportivo?

La psicología deportiva está cada vez más en boga y ya no son solo los equipos de élite los que cuentan en su staff técnico con un especialista en este campo. Su formación mezcla conceptos de la psicología pura y dura con las Ciencias del Deporte, donde se tienen presentes los factores físicos, técnicos y tácticos a la hora de tratar a un jugador. Normalmente, el carácter de cada integrante del equipo se ve reflejado sobre el terreno de juego, y hasta ahora era labor del entrenador encargarse de gestionar el aspecto mental para tratar de contar con un vestuario unido en el que todos confíen en todos. Sin embargo, parte de ese trabajo ha pasado a personas más cualificadas y técnicas en la gestión de la psicología deportiva. Así las cosas, el psicólogo procede a analizar a cada jugador y trata de aplicar métodos personalizados, y es que hay jugadores de todos los tipos, de manera que lo que puede funcionar con uno, se vuelve perjudicial para otro.

De todos modos, para que la psicología deportiva dé frutos positivos se debe crear una cultura en todos los estratos del club para poner en valor la relevancia que puede tener en los resultados competitivos. Esta profesión se ha visto recompensada socialmente gracias a la importancia que le han otorgado ilustres entrenadores como Pep Guardiola. Cuando antes de una final de Champions League con el FC Barcelona encargó un vídeo con imágenes de todos sus jugadores entremezcladas con las de la película de Gladiator, justo para el encuentro que se disputaba en Roma, sabía que iba a conseguir en ellos un plus de motivación, esa chispa que permite saltar diez centímetros más para rematar de cabeza o alargar la estirada de un portero para conseguir una parada decisiva.

La planificación debe estar perfectamente coordinada con el cuerpo técnico, ya que la puesta en práctica de la psicología no tiene lugar en un despacho con un diván donde los jugadores se tumban a explicar sus impresiones. Las dinámicas se pueden integrar en los ejercicios del día, donde además de pulir la técnica o mejorar el estado físico se puede mejorar el sentimiento grupal del equipo y la confianza en los compañeros. También se puede abordar la psicología como método preventivo de problemas y no la solución para atajar un conflicto.

 

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